Camajuaní, Villa Clara, 12 de noviembre de 2009. (FDC). Según los cubanos, aunque todavía quedan muchos que lo comenten en voz baja, lo que pasa en su tierra no tiene explicación. Y es que en muchas ocasiones se ven atados de pies y manos, ante las dificultades que nadie tiene respuesta para su solución.
Hacer fila en cualquier establecimiento comercial en Cuba, logra que se escuche el comentario de cosas que pasan, contadas a veces por los propios protagonistas de la situación. Solo tiene que alguien, ya lo suficiente indispuesto, haga referencia a la dificultad por la que atraviesa, debido a la desorganización existente en casi todas las entidades de este gobierno.
Una señora, mientras esperaba la llegada de la leche liberada, por el valor de tres pesos cubanos el litro, en una bodega de este municipio, buscaba que alguien le esclareciera su realidad. Pues decididamente, “los bondadosos” créditos brindados por sus gobernantes, para que todos los cubanos vivieran “decorosamente”…… la dejaron sin salario.
Ella aseguraba, que de saber que serian capaces de dejarla sin un céntimo para poder subsistir, no habría aceptado tal benevolencia, puesto que ahora todos se quedan atónitos ante la circunstancia, pero nadie sabe como resolvérsela. Todo por haber creído de nuevo en las alternativas descabelladas de sus dirigentes.
Un crédito bancario por valor de 7000 pesos cubanos para la fabricación de su casa, que le fue otorgado como estimulo por su buen desempeño laboral y precaria necesidad de hogar, al cual debe agregarle al pagar, 3000 más de intereses. Además, el recibimiento obligatorio de todos los equipos del Modulo de la Revolución Energética, la han colocado en este exasperado caso.
Y ella dice obligatorio, porque de no aceptar la necesaria “buena voluntad” de aquellos que gobiernan, para recibir los utensilios electrodoméstico, aunque fuera empeñándose con ellos, no tendría otra manera de cocer sus alimentos. Pues los medios tradicionales de cocción quedaron como reserva para los momentos de catástrofe.
Esta mujer le pedía a los allí presentes, una dilucidación lógica y comprensible de cómo ellos se las arreglarían, si con 85centavos cubanos al mes, que son los que le restan, tuvieran que pagar a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Cuotas mensuales “voluntarias”… pero con escopeta.
Sigue en la lista el agua, que debe abonar reciba o no el preciado líquido, la corriente eléctrica que de no sufragarla, le suspenden el servicio y por lo tanto la dejan sin cocinar. Algunos alimentos que, religiosa al fin, le pide a Dios Todopoderoso le conceda todos los días, para no ir a la cama con el estomago vacío.
Con este pie forzado se formó la controversia y entre las cosas que se pudieron escuchar, salio de la boca de una muchacha enferma, que recibe una pensión por bienestar social y esta dijo: “Yo no puedo hacer el amor, porque aunque no este casada legalmente me quitan el beneficio, pero si lo hago y mi concubino fallece no tengo derecho a su salario”.
En medio de la algazara, un señor que alzó la voz llamó la atención al decir: “Señores no se rompan más la cabeza, ustedes son creyentes y tienen fe en Dios, pídanle que nos otorgue a los cubanos la misma gracia que a su hijo Jesús, la de poder curarnos sin medicamentos y hacer que con menos comamos más”.
Hacer fila en cualquier establecimiento comercial en Cuba, logra que se escuche el comentario de cosas que pasan, contadas a veces por los propios protagonistas de la situación. Solo tiene que alguien, ya lo suficiente indispuesto, haga referencia a la dificultad por la que atraviesa, debido a la desorganización existente en casi todas las entidades de este gobierno.
Una señora, mientras esperaba la llegada de la leche liberada, por el valor de tres pesos cubanos el litro, en una bodega de este municipio, buscaba que alguien le esclareciera su realidad. Pues decididamente, “los bondadosos” créditos brindados por sus gobernantes, para que todos los cubanos vivieran “decorosamente”…… la dejaron sin salario.
Ella aseguraba, que de saber que serian capaces de dejarla sin un céntimo para poder subsistir, no habría aceptado tal benevolencia, puesto que ahora todos se quedan atónitos ante la circunstancia, pero nadie sabe como resolvérsela. Todo por haber creído de nuevo en las alternativas descabelladas de sus dirigentes.
Un crédito bancario por valor de 7000 pesos cubanos para la fabricación de su casa, que le fue otorgado como estimulo por su buen desempeño laboral y precaria necesidad de hogar, al cual debe agregarle al pagar, 3000 más de intereses. Además, el recibimiento obligatorio de todos los equipos del Modulo de la Revolución Energética, la han colocado en este exasperado caso.
Y ella dice obligatorio, porque de no aceptar la necesaria “buena voluntad” de aquellos que gobiernan, para recibir los utensilios electrodoméstico, aunque fuera empeñándose con ellos, no tendría otra manera de cocer sus alimentos. Pues los medios tradicionales de cocción quedaron como reserva para los momentos de catástrofe.
Esta mujer le pedía a los allí presentes, una dilucidación lógica y comprensible de cómo ellos se las arreglarían, si con 85centavos cubanos al mes, que son los que le restan, tuvieran que pagar a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), Federación de Mujeres Cubanas (FMC) y Comité de Defensa de la Revolución (CDR). Cuotas mensuales “voluntarias”… pero con escopeta.
Sigue en la lista el agua, que debe abonar reciba o no el preciado líquido, la corriente eléctrica que de no sufragarla, le suspenden el servicio y por lo tanto la dejan sin cocinar. Algunos alimentos que, religiosa al fin, le pide a Dios Todopoderoso le conceda todos los días, para no ir a la cama con el estomago vacío.
Con este pie forzado se formó la controversia y entre las cosas que se pudieron escuchar, salio de la boca de una muchacha enferma, que recibe una pensión por bienestar social y esta dijo: “Yo no puedo hacer el amor, porque aunque no este casada legalmente me quitan el beneficio, pero si lo hago y mi concubino fallece no tengo derecho a su salario”.
En medio de la algazara, un señor que alzó la voz llamó la atención al decir: “Señores no se rompan más la cabeza, ustedes son creyentes y tienen fe en Dios, pídanle que nos otorgue a los cubanos la misma gracia que a su hijo Jesús, la de poder curarnos sin medicamentos y hacer que con menos comamos más”.
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