El Condado, Santa Clara, Villa Clara, 12 de noviembre del 2009. (FDC). Abiertos, más o menos velados, son los debates que origina la propuesta de mantener o eliminar la “Libreta Control de Ventas para Productos Alimenticios. Una gran incertidumbre se apodera de las familias de menores ingresos, casi la inmensa mayoría de la población se verá seriamente afectada.
En artículos anteriores se ha abordado el tema, resulta indispensable que tal decisión, este precedida de una serie de transformaciones socioeconómicas. El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), en su edición de los viernes, recoge criterios expresados por hombres y mujeres del pueblo con relación al tema.
Circula profusamente de mano en mano, casi en forma clandestina, la carta del actor Luís Alberto García, aparecida en Internet. La misma esta dirigida al señor Lázaro Barredo Medina, director de ese diario, en respuesta a su artículo titulado: “El es Paternalista, tu eres Paternalista, yo soy Paternalista”.
Sin entrar en disquisiciones ideológicas, el autor de la misiva desenmascara a éste y lo califica como “mala suerte de vocero”. El cual pretende en su editorial, defender a toda costa a un estado en plena bancarrota, que ha demostrado su ineficiencia e incapacidad para dirigir la economía del país.
La experiencia cubana de estos 50 años, puede contribuir mucho, a comprender más claramente los efectos negativos de las intervenciones estatales en la economía. Con suficientes razones el autor de la misiva, expone la inconsistencia de los argumentos de Lázaro Barredo, en ese sentido escribe literalmente: “Yo le pregunto ¿Quién subsidia a quien?”.
Continua Luís Alberto, textualmente: “La vilipendiada Libreta de Abastecimientos, el tan nombrado ( subsidio del estado), me cuesta , no se si alguien lo recibirá gratis, alrededor de 150 pesos, que se dividen en las libritas de aceite, el poquito de arroz, los escasos granos y el pan nuestro de cada día”.
Y agregó: “…. algún que otro jabón, la pasta dental y otras pocas cosillas que constituyen la cuota mía y de mis dos hijos. A esto le unimos el agua que se paga, el gas que también se paga y las cuotas del refrigerador y los calderos que generosamente el estado nos entregó”.
Con una gran carga de indignación manifestó: “….cualquiera que no fuese cubano pensaría, que los productos ofertados por la libreta son una regalía del gobierno, pero los del patio sabemos de sobra que los precios de esos productos están en completa correspondencia con los salarios que paga el estado”.
¿Quién subsidia a quien? Se pregunta y agrega: “¿El pueblo al estado con su trabajo mal pagado, o como usted dice, el estado subsidia la alimentación del pueblo?¿De donde sale lo poco o lo que el estado distribuye? si no del esfuerzo casi desinteresado de los trabajadores”.
Comentarios extendidos entre los habitantes de este municipio santaclareño, expresan su aprobación al contenido de la carta. Aplauden con las dos manos, las afirmaciones que en ella se hacen, de que Barredo ha ofendido al pueblo, cargándoles culpas que no tiene, cuando él conoce, que solo hay un responsable…. el gobierno castrista.
Cierto es afirma el popular histrión: “…. que el síndrome cervical de Lázaro le impide mirar hacia arriba y le es mas fácil buscar los culpables, sobre todo si estos están abajo….”. Y al final del documento plantea: “…. es inaceptable eximir de responsabilidad al estado del paternalismo reinante, cuando fue precisamente éste quien lo engendró”.
Surgen nuevas voces, que se unen al criterio casi unánime del pueblo, de la necesidad impostergable de cambios. El régimen actual ha sido incapaz con su zigzagueante política económica de lograr un desarrollo sostenido, pretenden justificar el descalabro, por los subsidios que otorgan y reciben, entonces ¿Quién subsidia a quién?”.
En artículos anteriores se ha abordado el tema, resulta indispensable que tal decisión, este precedida de una serie de transformaciones socioeconómicas. El periódico Granma, órgano oficial del Partido Comunista de Cuba (PCC), en su edición de los viernes, recoge criterios expresados por hombres y mujeres del pueblo con relación al tema.
Circula profusamente de mano en mano, casi en forma clandestina, la carta del actor Luís Alberto García, aparecida en Internet. La misma esta dirigida al señor Lázaro Barredo Medina, director de ese diario, en respuesta a su artículo titulado: “El es Paternalista, tu eres Paternalista, yo soy Paternalista”.
Sin entrar en disquisiciones ideológicas, el autor de la misiva desenmascara a éste y lo califica como “mala suerte de vocero”. El cual pretende en su editorial, defender a toda costa a un estado en plena bancarrota, que ha demostrado su ineficiencia e incapacidad para dirigir la economía del país.
La experiencia cubana de estos 50 años, puede contribuir mucho, a comprender más claramente los efectos negativos de las intervenciones estatales en la economía. Con suficientes razones el autor de la misiva, expone la inconsistencia de los argumentos de Lázaro Barredo, en ese sentido escribe literalmente: “Yo le pregunto ¿Quién subsidia a quien?”.
Continua Luís Alberto, textualmente: “La vilipendiada Libreta de Abastecimientos, el tan nombrado ( subsidio del estado), me cuesta , no se si alguien lo recibirá gratis, alrededor de 150 pesos, que se dividen en las libritas de aceite, el poquito de arroz, los escasos granos y el pan nuestro de cada día”.
Y agregó: “…. algún que otro jabón, la pasta dental y otras pocas cosillas que constituyen la cuota mía y de mis dos hijos. A esto le unimos el agua que se paga, el gas que también se paga y las cuotas del refrigerador y los calderos que generosamente el estado nos entregó”.
Con una gran carga de indignación manifestó: “….cualquiera que no fuese cubano pensaría, que los productos ofertados por la libreta son una regalía del gobierno, pero los del patio sabemos de sobra que los precios de esos productos están en completa correspondencia con los salarios que paga el estado”.
¿Quién subsidia a quien? Se pregunta y agrega: “¿El pueblo al estado con su trabajo mal pagado, o como usted dice, el estado subsidia la alimentación del pueblo?¿De donde sale lo poco o lo que el estado distribuye? si no del esfuerzo casi desinteresado de los trabajadores”.
Comentarios extendidos entre los habitantes de este municipio santaclareño, expresan su aprobación al contenido de la carta. Aplauden con las dos manos, las afirmaciones que en ella se hacen, de que Barredo ha ofendido al pueblo, cargándoles culpas que no tiene, cuando él conoce, que solo hay un responsable…. el gobierno castrista.
Cierto es afirma el popular histrión: “…. que el síndrome cervical de Lázaro le impide mirar hacia arriba y le es mas fácil buscar los culpables, sobre todo si estos están abajo….”. Y al final del documento plantea: “…. es inaceptable eximir de responsabilidad al estado del paternalismo reinante, cuando fue precisamente éste quien lo engendró”.
Surgen nuevas voces, que se unen al criterio casi unánime del pueblo, de la necesidad impostergable de cambios. El régimen actual ha sido incapaz con su zigzagueante política económica de lograr un desarrollo sostenido, pretenden justificar el descalabro, por los subsidios que otorgan y reciben, entonces ¿Quién subsidia a quién?”.
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